HISTORIA 4° A


PERÍODO DE AISLAMIENTO SOCIAL PREVENTIVO Y OBLIGATORIO 26/04 al 10/05/2020
COLEGIO PRIVADO CATÓLICO P. JUAN GUIDO LUCCHELLI
CUARTA ENTREGA DE TRABAJOS PRÁCTICOS
ASIGNATURA: HITORIA
CURSO: 4to año A
PROFESORA: MARÍA ELENA MERLO
TEMA: CAMBIOs sociales, económicOs y políticOs de la Segunda Revolución Industrial
ACTIVIDAD: TRABAJO PRÁCTICO N°6 (este número de orden, es para la carpeta de historia)
ACLARACIÓN: para este trabajo práctico utilizamos el mismo material de lectura de los trabajos N°4 (Nuevas fuentes de energía e industrias) y N° 5 (La industrialización, que repito a continuación de las consignas)      
CONSIGNAS: (no olviden responder en oración, cuando corresponda)
1)      En esta consigna realiza los siguientes pasos: a) recordar la definición estudiada: “Se denomina Revolución Industrial, al proceso de aceleración de la producción que se inicia en Inglaterra, en el siglo XVIII, con la utilización de las máquinas y se extendió por Europa, USA, Japón, a lo largo de los siglos XIX y XX”; b) volver a leer el material de lectura del trabajo práctico N° 4 (Nuevas fuentes de energía e industrias); c) teniendo en cuenta la definición y el texto leído: elaborar un cuadro sinóptico que enumere los países industrializados (también llamados potencias industriales), agrupándolos por continentes.    
2)      Lectura analítica y reformulación con guía de puntos: a) Buscar en el diccionario y copiar el significado de las palabras “consumo”, luego “masivo”; b) teniendo en cuenta ambos significados del diccionario, explicar la frase: “consumo masivo”; c) sabiendo el significado de consumo masivo, buscar en el material de lectura (que se repite a continuación de las consignas), el subtítulo consumo masivo, volver a leer y responder: ¿Qué consecuencias económicas produce el consumo masivo en la clase alta y baja durante la segunda etapa de la revolución industrial?  
3)      Lectura analítica con guía de puntos: a) buscar en el diccionario y copiar el significado de las palabras “capital”, “capitalismo”, “finanzas, financiero”; b) teniendo en cuenta esos significados, explicar la frase: “capitalismo financiero”; c) sabiendo el significado de capitalismo financiero, buscar en el material de lectura título y subtítulo que se refieren al tema, volver a leer y responder: ¿Cuál es la diferencia fundamental entre el capitalismo de la primera revolución industrial y el capitalismo de la segunda etapa de la revolución?; d) en la segunda revolución industrial, ¿Por qué recibe el nombre de capitalismo “financiero”?; e) elegir un buscador en internet; en el navegador colocar la siguiente pregunta y copiar la respuesta: ¿Cuál es el origen del capital financiero?; f) ¿existen coincidencias entre el significado del diccionario, lo copiado de internet y lo escrito en el material de lectura, sobre capitalismo financiero? Explicar por lo menos dos coincidencias.  
4)      Redactar una  conclusión personal  sobre capitalismo financiero en la segunda revolución industrial.
5)      A) Buscar y leer en el material de lectura el texto desarrollado en el subtítulo “El mercado se hace mundial”, luego seguir la lectura de los textos de los subtítulos, “La competencia entre las potencias industriales” y “el reparto del mundo”. Leer varias veces hasta comprender la continuidad y la conexión de esos textos. B) ¿Cuáles son las causas y la consecuencia de la competencia entre las potencias industriales? C) explicar el imperialismo formal e informal.  
6)      La definición de Revolución estudiada desde el año pasado dice: “es un cambio profundo que abarca aspectos políticos, sociales y económicos”. Elaborar un texto que explique los cambios en la segunda revolución industrial: a) cambios económicos (no más de 15 renglones); b) cambios sociales (no más de 10 renglones); c) cambios políticos (no más de 8 renglones); d) para esta consigna utilizar solamente el material de lectura del trabajo práctico N° 5, que se repite a continuación.   
7)    Fecha de entrega este trabajo: hasta el 24 de mayo. Consultas y entrega al correo electrónico: mariaelenamerlo@yahoo.com.ar.

MATERIAL DE LECTURA
Una segunda revolución
Hacia 1830, los nuevos medios de transporte, como el ferrocarril y los barcos de vapor, se habían extendido mucho. Esto favoreció la llegada de todo tipo de productos a distintos mercados. Además, otros países comenzaron sus propios procesos de industrialización e iniciaron la explotación de recursos mineros necesarios para las industrias, como el carbón y el hierro, y la fabricación de maquinaria. Así comenzó una nueva etapa de la industrialización, que fue denominada Segunda Revolución Industrial.
En esta etapa se desarrollaron nuevas industrias, a partir de una serie de inventos y descubrimientos, como la lamparita eléctrica, el telégrafo, el teléfono, la máquina de escribir, la máquina de coser, la fotografía, el cine, el automóvil y el avión, entre muchos otros. También, los científicos realizaron numerosos descubrimientos relacionados con la salud, por ejemplo, el uso de las primeras anestesias, el descubrimiento del bacilo de la tuberculosis, la vacuna antirrábica, la aspirina y los rayos X.
Los países industrializados y los grandes grupos económicos.
Las grandes empresas
La complejidad y la variedad de las nuevas actividades industriales, durante la Segunda Revolución Industrial, hicieron necesaria la formación de una nueva clase de empresarios. A diferencia de los dueños de las fábricas de la primera etapa industrial, estos nuevos empresarios no podían afrontar individualmente la instalación de las nuevas industrias, por eso prefirieron formar sociedades. Así, se originaron grupos económicos que controlaban una actividad o un conjunto de ellas.
En algunos casos, estos grupos económicos surgieron de acuerdos entre los dueños de los bancos y los dueños de las fábricas, que unieron sus capitales. Estos grupos obtuvieron grandes beneficios económicos y ejercieron influencia sobre los gobiernos.
El mercado se hace mundial
El aumento de la producción en los países industrializados impulsó la búsqueda de más mercados. Se consolidó, entonces, un mercado mundial en el que los países industrializados y los países no industrializados asumieron funciones diferentes. Mientras que los países industrializados se ocupaban de vender productos elaborados, los no industrializados se encargaban de ofrecerles materias primas, como metales y algodón, y alimentos, como carnes, café, frutos tropicales, entre otros. Además, los países industrializados enviaban capitales hacia los países no industrializados para invertirlos en actividades que aseguraran la producción de materias primas y alimentos. Por ejemplo, inversiones en ferrocarriles, bancos y mejoras en los puertos.
También en este período se produjeron migraciones desde Europa hacia América, especialmente a Estados Unidos, la Argentina y Brasil, donde los recién llegados se incorporaban como trabajadores.
El surgimiento de las ciudades industriales y el aumento del consumo.
Urbanización y cambios sociales
Durante la segunda mitad del siglo XIX, los avances médicos y sanitarios y la mayor cantidad de alimentos disponibles contribuyeron a mejorar las condiciones de vida de las poblaciones de los países industrializados, sobre todo en las ciudades.
Además, la aplicación de nuevas técnicas de producción, como el uso de fertilizantes artificiales y de maquinaria agrícola, produjo una menor necesidad de mano de obra en el campo. Por esa razón, muchas personas migraron hacia las ciudades para encontrar un empleo.
La posibilidad de una mejor calidad de vida y la mayor oferta de trabajo en las empresas radicadas en las ciudades influyeron para que creciera la población urbana. Algunas ciudades europeas, como Londres y París, y ciudades norteamericanas, como Nueva York y Chicago, alcanzaron grandes dimensiones. En ellas, aumentaron las construcciones destinadas a viviendas o a actividades comerciales y empresariales; se extendieron los servicios públicos, como la electricidad y el agua corriente, y los nuevos medios de transporte, como el subterráneo.
En este período, la población de las ciudades industriales estaba dividida en tres grandes grupos: la alta burguesía, formada por grandes comerciantes y dueños de bancos y empresas; la pequeña burguesía o clase media, integrada por profesionales, pequeños y medianos propietarios de comercios o talleres y empleados, y la clase obrera, que incluía a los trabajadores de las industrias, la construcción y las actividades relacionadas con el transporte.
El consumo masivo
Como ya leyeron, antes de la industrialización, la mayoría de la población del mundo no estaba integrada al mercado, es decir que gran parte de lo que consumía (por ejemplo, la ropa o los alimentos) lo producía en sus hogares, en lugar de comprarlo en un negocio. Solo las clases altas eran grandes consumidoras.
Durante la segunda etapa de industrialización, en cambio, el crecimiento de la población, las mejoras en el transporte y la comunicación, y la fabricación de productos variados en grandes cantidades y a más bajo costo contribuyeron a un aumento del consumo. Las clases sociales que hasta el momento participaban muy poco del mercado comenzaron a adquirir bienes, como alimentos, vestimenta, calzado y nuevos productos de la industria, por ejemplo, la máquina de coser. Se inició así el consumo masivo.
Los trabajadores y sus condiciones de vida
Las condiciones de trabajo de los obreros eran muy precarias. Debían cumplir largas jornadas de doce horas o más, en fábricas que no tenían iluminación ni ventilación adecuadas. Los salarios eran bajos y era frecuente que se contratara a mujeres y a niños, a los que se les pagaba menos.
Para reclamar por sus derechos, los obreros comenzaron a organizar sindicatos, es decir, organizaciones que reunían a trabajadores de una misma actividad. Mediante movilizaciones y huelgas, los trabajadores exigieron normas con respecto a la jornada laboral, el trabajo de mujeres y niños, el trabajo nocturno y el descanso semanal. Así, de a poco, fueron obteniendo algunas mejoras en sus salarios y en las condiciones de trabajo.
La organización del trabajo
Ante el aumento de la demanda de productos industriales en el mercado mundial, los empresarios buscaron maneras de obtener más producción a menor costo y en menor tiempo.
A fines del siglo XIX, el ingeniero norteamericano Frederick Taylor creó un método al que llamó organización científica del trabajo. Consistía en organizar el trabajo dentro de la fábrica, mediante el cálculo del tiempo exacto que llevaba elaborar un producto. Por eso, cada obrero era controlado por medio de un cronómetro para que realizara su parte del trabajo en el tiempo estipulado. A este método se lo conoce como taylorismo.
Años más tarde, el fabricante de automóviles Henry Ford introdujo una innovación: el uso de la cadena de montaje. Según este método, cada trabajador tenía asignada una parte del trabajo, que le llegaba sobre una cinta o cadena. Así, el obrero no se movía del lugar y realizaba las operaciones que le correspondían de manera mecánica. A este sistema se lo llama fordismo.
El capitalismo financiero
¿Qué es el capitalismo?
El capitalismo es el modo en el que se organiza la sociedad desde la primera Revolución Industrial. Se basa en el trabajo privado e independiente ¿Qué quiere decir esto? Que la producción de cosas que necesita la sociedad las realiza cada persona por separado, sin ponerse de acuerdo entre ellas. El panadero trabaja en su panadería y el carnicero en su carnicería y nunca se ponen de acuerdo en cuánto o qué producir (por eso es independiente), y cada uno es el único dueño de lo que produce (por eso es privado). Este trabajo privado e independiente es realizado por individuos libres, ya que la ley establece que nadie es esclavo de nadie y cada persona es libre de trabajar para quien quiera. Sin embargo, estos individuos libres están divididos en dos clases sociales. Por un lado, está la burguesía, que es dueña de las maquinarias, las herramientas y las fábricas, y por otro lado están los obreros, que no son dueños de esos recursos. A los obreros no les queda otra posibilidad que trabajar para los burgueses vendiendo su fuerza de trabajo, es decir, su tiempo o sus horas de vida. El burgués se apropia de las mercancías producidas por el obrero y las vende y, con una parte de lo obtenido, le paga al obrero un salario. Así, los burgueses ganan dinero y se quedan con una porción (en general muy grande) del trabajo realizado por los obreros. Las desigualdades sociales entre ricos y pobres son producto de esta división en clases.
Durante el siglo XVIII y primera mitad del XIX, los progresos técnicos aplicados a la maquinaria hicieron posible el capitalismo de la Primera Revolución In­dustrial. Este capitalismo era producto del librecambismo y se basaba en la ley de la oferta y la demanda, en la libertad de trabajo y en la libre concurrencia. Había que producir a precios cada vez más bajos para triunfar sobre la competencia, y de ahí la necesidad de un aumento paulatino de la mecanización y de capitales para la maquinaria. En este período, los empresarios eran todavía capaces de financiar a es­cala familiar sus industrias y fábricas con los ahorros, beneficios o excedentes de la agricultura.
Sin embargo, a partir de 1870, durante la Segunda Revolución Industrial, las innovaciones técnicas perfeccionan y multiplican la maquinaria, con lo que las empresas necesitan grandes cantidades de dinero para la instalación y renovación instrumental. Es preciso buscar nuevas fuentes de finan­ciación para esta necesidad constante y cuantiosa de capitales. Aparece así el gran capitalismo o capitalismo financiero. Los bancos, que hasta entonces se habían limita­do a ser instrumentos de cambio, se convierten ahora en bancos de negocios o de cré­dito industrial para financiar empresas y actividades de inversión, produciéndose la concentración financiera e industrial, la  unión entre industrias y bancos.
La producción de la industria mundial entre 1870 y 1890 se multiplica en todos los sectores. La producción de hierro pasa de 12 a 37 millones de toneladas métricas; la de carbón de 220 a 800 millones. Al mismo tiempo, aumentan las inversiones de capital en el exterior de los países en los que se ha acumulado. Las inversiones inglesas en el extranjero pasan de 200 millones de libras en 1855 a 2400 millones en 1900. Se forma un mercado mundial, en el que ciertas potencias suministran productos industriales y otros paí­ses colocan sus productos agrícolas.
Esta fase de crecimiento se apoya en la abundancia de metales preciosos. El comercio mundial necesita instrumentos de cambio y las monedas se apoyan fundamentalmente en el respaldo en oro. Entre 1800 y 1860 el stock de oro se multiplica por 22 y en 1914 por 63. Los descubrimientos de oro en California, Australia, Alaska y África del Sur aportan gran­des cantidades del preciado metal.
CONCENTRACION INDUSTRIAL
El continuo crecimiento industrial exige un crecimiento paralelo del capital necesario para financiarlo. Los bancos controlan ahora los capitales y las inversiones realizadas en la industria, que, al ser de un alto nivel, hacen necesaria la disponibilidad de créditos. De ahí la tendencia a la concentración del capital bancario.
Por otra parte, la necesidad de grandes capitales destinados a adquirir maquinaria y propiciar la investigación de nuevos sistemas productivos hace que sólo las grandes empresas puedan hacer frente a tan elevadas inversiones. Por ello, se tiende a la concentración, que abarata el proceso de producción y disminuye la competencia en el mer­cado. La concentración se llama horizontal si se trata de empresas dedicadas a un mismo tipo de actividad, y se llama vertical cuando une empresas de productos dife­rentes y complementarios.
Hacia finales de siglo aparecen ya asociaciones de empresas tendentes a limitar la competencia, la baja de los precios y los peligros de la superproducción. Dentro de la tipología de concentraciones empresariales de ese momento destacan:
1.  El cártel es la agrupación de empresas de un mismo producto para controlar el mercado y evitar la competencia, pero sin perder su independencia. Por ejemplo, el cártel hullero alemán, que llegó a agrupar 100 empresas mineras.
2.  El trust es la asociación de varias empresas que cuentan con un solo directivo para gestionar la producción de todas ellas. Por ejemplo, la Standard Oil Company, fundada por Rockefeller en 1882.
3.  El holding es una sociedad financiera que controla varias empresas mediante la adquisición de la mayoría de sus acciones.

Todas estas agrupaciones tienden al monopolio y, a veces, sus poderes son tan grandes que pueden incluso utilizarse como medio de presión ante los Estados; de ahí que la legislación de algunos países se orientase hacia su prohibición.

Caricatura de la Standard Oil Company, por Udo J. Keppler (1904)
Un pulpo que tiene agarrados a inversores, industrias, gobernaciones, al Congreso
 y se acerca peligrosamente a la Casa Blanca.
Este nuevo tipo de sociedad tenía como arquetipo al hombre de empresa que, con audacia e intuición, se convierte en el fundador de los monopolios. Rockefeller es el gigante del petróleo, Carnegie del acero, Morgan de la Banca, Ritz de la hostelería, Hearst del pe­riodismo, etc. Las dimensiones universales que adquiere la producción industrial provocan que a las antiguas ferias les sucedan las exposiciones internacionales como lugares de intercambio.
Causas y características del imperialismo
La competencia entre las potencias industriales
Debido al aumento de su producción, las potencias industriales necesitaron cada vez más mercados en los que vender bienes industriales e invertir capitales. Además, en esos lugares podían obtener materias primas para sus industrias, mano de obra barata y alimentos para su población. Por eso, comenzaron a disputarse el dominio de distintas regiones del planeta.
También compitieron por el control de los mares y los océanos, a través de los cuales realizaban sus actividades comerciales. La competencia entre potencias también se manifestó en la construcción de dos canales, el de Suez (1869) y el de Panamá (1914), que facilitaban la comunicación entre los océanos y, por lo tanto, agilizaban el comercio.
El reparto del mundo
La competencia entre los países industrializados dio origen a un proceso de expansión colonial al que se llama imperialismo. Las potencias se disputaban el dominio de regiones de África, Asia, América y Oceanía, de dos maneras:
• Una de las formas fue el llamado imperialismo formal o colonialismo, o sea, la ocupación directa de un territorio y la explotación de sus recursos materiales (por ejemplo, riquezas mineras o producción agrícola) y de sus recursos humanos (la población era utilizada como mano de obra). Un ejemplo de este tipo de imperialismo es la ocupación casi total del continente africano por países europeos que se repartieron su territorio como colonias.
• Otra manera de dominación fue el imperialismo informal, según el cual una potencia tenía control económico sobre los recursos de un país que era independiente. Por ejemplo, una empresa norteamericana, la United Fruit Company, controlaba la producción y comercialización de frutos tropicales (bananas y ananás) en países centroamericanos.





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