ERE 4°
Materia: E.R.E.
(Educación Religiosa Escolar)
Profesora: Celsa B. González
Fecha de presentación: viernes 11/09
Correo: celsarjm@gmail.com
Curso: 4° Año “A"
SIGLO XVIII
INTRODUCCIÓN
Es el siglo de las luces. Es decir, unos
escritores, educados en el cristianismo, muchos de ellos con los jesuitas, se
llamaron filósofos y quisieron juzgar todas las cosas según las “luces” de la
razón y no de la fe y de la revelación, a la que consideraban oscura y
retrógrada. A este movimiento se la ha llamado Ilustración, una auténtica máquina
anticristiana.
Este culto a la razón tiene su origen en la
manera de pensar que lanzó el filósofo Descartes y el físico Newton, sin ellos
tal vez quererlo ni pretenderlo. Y las tres figuras señeras de la Ilustración
francesa serán Voltaire –caústico, irreligioso; sintetiza y divulga la
filosofía y se adentra en el campo de la historia social-, Montesquieu –crítica
social en sus Cartas Persas-, y Rousseau. El gran filósofo del siglo es el
alemán Emmanuel Kant. Con él triunfa plenamente la razón con sus libros “Crítica
de la razón pura, Crítica de la razón práctica, Crítica del juicio”. ¡Se alzaba
la razón como diosa sobre el altar de la filosofía!
Curiosamente la primacía de la razón en este
siglo no impidió que, a finales del siglo XVIII, cundiera el gusto por el esoterismo
y nuevas formas de sentimiento religioso. Insatisfecho del racionalismo árido
de Voltaire, Rousseau quiere devolver su lugar al sentimiento en una religión
natural. De este modo logra que la religión sobrenade a la revolución y prepara
el romanticismo, que tendrá su auge en el siglo XIX.
La ilustración
No es una opinión filosófica, o un mero sistema. Es uno de esos grandes
movimientos históricos, donde se da el paso del mundo medieval y feudal a un
mundo nuevo, donde se ve el mundo, no en relación a Dios, sino en su visión
laica y materialista.
Es una continuación del movimiento iniciado en el renacimiento, donde se tendía
a liberar la vida y las actuaciones humanas de la autoridad eclesiástica y
someterlas a la propia iniciativa. En este sentido, la ilustración es el
tránsito al laicismo, al indiferentismo y al naturalismo. El orden sobrenatural
no les interesa nada a los hombres de la ilustración; quieren progresar y no
piensan renunciar al mundo sino en usarlo, disfrutar de él, someterlo con su inteligencia
y su trabajo. Les estorba el viejo orden social, y, en parte, también la
iglesia, porque se opone a su progreso, dicen ellos.
Por eso, podemos decir también que la ilustración, al menos en ciertos puntos,
es un peligro para el cristianismo. Estos son los puntales de este movimiento:
·
Negación de todo dogma de la fe y de la revelación: Sólo es científico lo
que se puede demostrar con la razón, pues la razón es la única que puede
conocer e interpretar la realidad. Los dogmas –dicen- por contradecir a la
razón no son científicos. Son mitos. Se quiere una religión para el pueblo,
donde Dios, sí es la garantía del orden, pero se queda arriba, sin preocuparse
del mundo; es como el Gran Relojero, dice Voltaire, pero no es Padre, es como
un jubilado en reserva. A esta concepción de Dios se llama deísmo, una religión
natural conforme a la razón y que excluye toda revelación. Cada hombre debía
dar culto a Dios en la forma que lo considerara conveniente, sin sujetarse a
ritos eclesiásticos. A esto se llama también moral natural, sin dogmas fijos e
indiscutibles, y en cuya base está no la religión sino el honor, la honestidad,
el servicio.
·
Negación del alma: todo se interpreta desde el
punto de vista materialista, fundado en bases científicas. El alma –dicen estos
ilustrados- no la podemos ver ni tocar, porque no existe.
·
Negación de la caridad cristiana: propone una benevolencia hacia
el prójimo o filantropía, desligada de Dios. Los masones se inspirarán en esta
idea ilustrada.
·
Lucha contra la Iglesia católica: La Iglesia se distingue –dicen-
por su intolerancia e intransigencia. Por tanto, guerra a muerte a la Iglesia,
pues es una traba contra la felicidad del hombre. Voltaire exclama:
“¡Aplastemos a la intolerante!”, refiriéndose a la Iglesia.
Y éstos son los representantes de la ilustración:Voltaire, Rousseau, .Montesquieu, Los enciclopedistas Diderot,
D´Alembert,
Esta ilustración engendró el librepensamiento. Cundió la incredulidad y fue el
comienzo de la masonería comenzada
en Inglaterra en 1717, por inspiración de Eduardo Herber, Thomas Hobbes y John
Locke, deístas, protestantes y burgueses.
Qué
es la masonería?
Las logias masónicas eran sociedades secretas
para destruir a la iglesia católica. Después, se extendieron en Francia, por
obra de Pedro Bayle, Voltaire, Diderot, D´Alembert, Montesquieu, Candillac. De
Francia pasó a Alemania, donde fue acogida en la corte de Federico II,
profesada por Lessing, Goethe, Schiller y Kant.
Los masones tienen relación con los albañiles o
constructores libres, creados en la Edad Media por la iglesia para la
construcción de catedrales.
Una Iglesia en
peligro
Atrás ya las luchas religiosas del siglo XVI y
XVII, comienza a aceptarse un nuevo criterio religioso de tolerancia, junto con
las delimitaciones entre el mundo protestante, el católico y el ortodoxo.
En el seno del catolicismo la Iglesia vive sin
problemas en perfecta simbiosis con el orden social. La iglesia penetra todas
las costumbres, el clero está bien formado y es influyente. Se difunde la
devoción al Sagrado Corazón, las cofradías y las misiones populares, impulsadas
por Francia, España, Italia, Alemania, Austria, Bélgica... La iglesia está
perfectamente acomodada, sin percatarse de lo que se viene encima. El peligro
se cierne sobre ella.
El papado ha pedido ayuda para luchar contra los
protestantes primero y contra los jansenistas, después. Esta dependencia del
poder civil llegará a ser una espada de doble filo. Dentro de la Iglesia surgen
divisiones que son figura de las divisiones de la nación, especialmente en
Francia. El poder episcopal se difumina mientras se ensancha el abismo entre
bajo clero y alto clero –el bajo clero se siente humillado, pues sabe de
antemano que su rango será el de su familia-.
Aparece además un cierto sindicalismo contra el
poder episcopal –alentado por el jansenismo-. Por otra parte, dentro de la
vocación se vive con cierto acomodo: la vida religiosa promueve y no exige
grandes esfuerzos –muy pocas vocaciones a las misiones-. La invasión de las
ideas de la ilustración sigue provocando la crisis de conciencia europea:
razón, no dogmas; tolerancia, no monopolio religioso; ateísmo y culto civil, no
culto religioso. Pululan las logias masónicas y los filósofos...
Comienza el “proceso al cristianismo”.
Fue un siglo muy convulsivo para la Iglesia.
Durante casi dos siglos se ha hecho de la revolución francesa un mito. Se han
exagerado los logros de la misma ocultando los hechos vergonzosos y execrables,
sobre todo las violaciones de los derechos más fundamentales de la persona,
hechas precisamente en nombre de la “libertad, igualdad y fraternidad”. ¡Qué
cinismo!
Se quiso abrir la era de la democracia, de la
libertad y del progreso, pero a costa de muchos atropellos, intolerancias y
retrocesos morales. ¡Qué contradicción!
No obstante, la Iglesia siguió adelante, pues
“las puertas del infierno no podrán destruirla”, porque su fundador es
Jesucristo, el Hijo de Dios, y Él ha triunfado, triunfa y triunfará. Y con Él
triunfamos quienes vamos en esa barca. La Iglesia no ha pasado a la historia
–como diría Goethe- como una ruina ilustre, sino como una estrella luminosa,
que a pesar de tantas tormentas, siempre nos señala el norte. ¡Bendito sea
Dios!
Actividad:
1) Realiza una síntesis del material y organiza de tal manera
que te ayude a estudiar y fijar conocimientos.
2) Extrae las palabras que sean desconocidas y arma tu propio
diccionario.
3) Investiga y profundiza sobre el tema de la “masonería”,
¿qué podrías agregar al respecto?
Bibliografía:
www.catholic.net
.Artículo de: P. Antonio Rivero-LC. 19.ª Sesión. Siglo XVIII.Edad Moderna.
Ilustración
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